Hace poco estuve hablando con mi gran amigo lex sobre las cualidades que tenía escribir los largos guiones para mis futuros cortometrajes y peliculas. Hasta que por casualidad me pudo dar una pequeña idea de lo que mi más sincera admiración sentiria curiosidad, una obra de teatro.
El teatro desde pequeño me ha fascinado, aunque en vivo nunca he participado ni he logrado ver uno, solo por televisión he podido ver algun otro pero siempre con la misma magia. Me gusta bastante poner tus esfuerzos sobre el escenario y confiar en tus actores, dirigirlos como si fueras tu mismo y hacer que logren los conocimientos del director.
Me planteé hacer mi propia obra teatral corta, ya sea que sería mi primera obra y espero que no la última, trataría sobre un grupo de la alta nobleza de los siglos XVIII en el que se ven, por una malvada maldición, aterrorizados por un vampiro. Los protagonistas hablaran por divertidas rimas entre ellos, hasta que intenten descubrir quien es el misterioso vampiro.
Bastante típico ¿No cree? Pero reconozco que mis esfuerzos no son tan altos, aunque intento agrandarlos. Como dicen, la practica hace al maestro.
Yo, en un pasado, representé varias obras de teatro. No de vampiros, ni mujeres de cancán. Más bien de golondrina en una comedia infantil, de uno de los duendes del clásico "Sueño de una noche de verano" y de alguno más que andará por los álbumes de fotos, pero que yo, ya no recuerdo.
ResponderEliminarEl mundo del teatro es bonito desde dentro y desde fuera.
:)